CRÓNICAS DE UN CORDON CON INSTINTO SUICIDA Y UNA LOCA QUE LE HABLA A LAS COSAS
La mañana comenzaba como cualquier otra: con el sol brillando (demasiado insistente), el café aún sin hacer efecto y el mundo completamente en contra. Pero como buen ser humano decidido a ignorar las señales de advertencia, me puse mis tenis negros, aquellos que sobrevivieron a lluvias torrenciales y decisiones de moda cuestionables
- Hoy vas con confianza verdad?
- Qué?...dejadme en paz, malditos tenis!
- No te hagas la tonta. Sabemos que tienes prisa, y eso es lo que más nos gusta
resoplé, pensando que todo era fruto de la falta de sueño, pero al tercer paso lo supe. El cordón izquierdo, con una audacia insoportable, se enredó en la suela contraria
-Vas a ver!!
- No...Otra vez!!!
- Sí. Otra vez. Esta vez con estilo
El deslizamiento comenzó. No fue un tropiezo heroico. Fue un traspiés de esos, que lejos de ser épicos, te hacen sentir como si el universo entero, estuviera mirando y soltando una carcajada
Me tambaleé, el cordón se ajustó con un firme abrazo de ahorcado, y me vi obligada a agarrarme de una farola que pasaba por allí. Pero no fue solo el tropiezo lo que me dejó sin aliento. Fue la risa interna de los tenis. Ellos se estaban riendo
- Que os pasa?, os creéis que esto es gracioso?
- Por supuesto, de hecho es lo más divertido que hemos hecho desde que te tropezaste en el centro comercial
Decidí no hacerles caso, y me agaché decidida a atar los malditos cordones. Sin embargo, en lugar de colaborar, el maldito cordón izquierdo empezó de nuevo a desatarse con la velocidad de un profesional
- Nonono...no te atrevas
- Sabías que esto no iba a ser fácil
Mi rabia aumentaba por momentos. Tragué saliva y rehíce el nudo con la esperanza de que esta vez, el acto de fe fuera suficiente. pero no. Los tenis no estaban contentos solo de arruinar mi dignidad. Querían más. Querían guerra.
- No olvides el doble nudo
- Basta!! no quiero hacer dobles nudos!!
- Pues más vale que los hagas, porque sino, te va a doler!!
Efectivamente. Al quinto paso, el ataque fue definitivo. El maldito cordón izquierdo decidió liberarse de sus cadenas, se enredó con la suela ..y con una fuerza insólita, paró mi pie en seco. Creando un baile desafortunado en el que casi caigo de nuevo. Mientras, los malditos tenis no paraban de hablarme.
Al final he caído. No físicamente, pero si en espíritu. Los tenis siguen con sus pensamientos chismosos. No hay escape. Ellos mandan. Yo solo soy carne de cañón.
Para añadir insulto al camino, una señora mayor me ha mirado. Con cara de entre ternura y exclamación. Y me ha insinuado que tenga cuidado con esos zapatos!!
Que pasa?..acaso a ti nunca se te desatan los cordones?, Nunca te pasas un rato buscando unas llaves...que tienes en las manos?... Acaso no maldices las cosas?...O soy solo yo ...una reverenda maldecida por la adversidad de las cosas comunes y la Ley de Murphy??
Cualquier otro día os cuento si no os reís de mi desgracia, mis luchas internas y externas con las cremalleras del rencor
Si quieres, déjame por ahí alguno de tus infortunios domésticos, tu tontería del día...igual le alegras el día a un alma descarriada de la vida. En cualquier caso, déjate abrazar por esta comunidad de víctimas de objetos con voluntad propia