Entrada destacada

24 abril 2025

"CIENCIA CURIOSA": "LA MENTE EN BLANCO"

EXPERIMENTO DE LA PRIVACIÓN SENSORIAL DE HEBB

    Hay experimentos que nacen del interés científico, y terminan rozando el umbral del horror. En los años 50-60, mientras el mundo se divide entre átomos y banderas, algunos psicólogos decidieron dividir otra cosa: la conciencia humana

    Uno de ellos fue Donald Hebb, neuropsicólogo canadiense y pionero de la psicología moderna.

En los laboratorios de una universidad de Montreal, ideó un experimento para investigar los efectos de la privación sensorial total. Quería entender como funcionaba el cerebro cuando le quitan todos los estímulos: vista, oído, movimiento, tiempo...

    Eligieron voluntarios universitarios sanos, a los que se les pagaba por acostarse en pequeñas habitaciones acolchadas, sin ventanas y sin ruido exterior: cámaras de REST (Restricted Enviromental Stimulation Therapy).

    Les colocaban unas gafas opacas, guantes, y una especie de auriculares con un ruido blanco. No podían oir, no podían ver...ni podían sentir el tiempo. Solo estaban...ahí. Suspendidos en el vacío

    Algunas personas aguantaron unas horas. Otras, un par de días. Pero todos, absolutamente todos, comenzaron a descomponerse mentalmente

    A las pocas horas, estaban desorientados, tenían ansiedad y pérdida de la noción del tiempo

    El día despues (primer día), tenían alucinaciones visuales (formas geométricas, luces, sombras..)

    Al segundo día, paranoia, llanto, pánico...conversaciones...con voces inexistentes...

    Al tercero (los pocos que llegaron), perdieron el sentido del yo. Algunos decían que su cuerpo ya no les pertenecía, o que flotaban fuera de sí mismos

    Los propios investigadores quedaban perturbados, por lo que terminaron por suspender el experimento. El daño psicológico era mayor de lo que habían imaginado. La conclusión era clara: el cerebro humano no puede tolerar la ausencia total de estímulos. 

    Sin realidad externa, genera su propia ficción (y normalmente no es amable)

    Este experimento fue muy potente, así que lo utilizaron como base para técnicas de interrogatorio y tortura psicológica, (partiendo de la base, de que para que alguien se derrumbe sin tocarle un pelo, solo tienes que dejarlo solo con su mente)

    Donald Hebb, nunca quiso eco. Su objetivo era científico, solo pretendía avanzar en la comprensión del cerebro. Abrió una puerta del cerebro, y lo que encontró detrás, no era silencio. era ruido mental, voces, sombras y miedo.

    A veces, el precio del conocimiento, es el sufrimiento de un individuo. Y aunque se avance en el nombre de la ciencia, la línea entre el experimento y el abuso, puede llegar a ser extremadamente fina.

    Este experimento, por revolucionario que fuera, debería dejarnos una cuestión ética profunda: Hasta dónde puede llegar la ciencia en nombre del conocimiento, sin perder de vista la dignidad humana?

    Someter individuos (aunque fueran voluntarios) a una experiencia que raya la tortura psicológica pone sobre la mesa verdades incómodas. Cuando la ciencia se desentiende de las consecuencias humanas, se convierte en una herramienta de deshumanización. Sobre todo, cuando acaban aprovechando los descubrimientos para algún que otro estamento "inteligente" como técnicas de manipulación, coerción y control.

    La pregunta entonces no es que se descubrió en aquellas cámaras, sino si se perdió la ética allí...

    Es curioso como después de jugar a desintegrar el yo de un ser humano, aún tengamos el descaro de hablar de moralidad con voz temblorosa. Como si no supiéramos ya lo que somos capaces de hacer en nombre del progreso...