ARCHIVO 0: EL ENGRANAJE DEL RELOJ MUERTO
Decían que la Torre de Endram no existía. Lo decían quienes no habían sentido como se alargaban los segundos cuando uno camina por donde el tiempo ya no tiene ley. Lo decían los que preferían no creer que las sombras también guardan memoria.
Allí entre vitrales que no dejan pasar la luz, vive Finireth Noctis, la Maga Ancestral que custodia los espacios que no deberían tener nombre: los silencios entre los segundos, los suspiros que dejan las almas antes de rendirse y el eco de los futuros no nacidos
Controla tres energías: el tiempo, al que trata como a un sirviente caprichoso. Las sombras, que la siguen como amantes leales. Y las almas, que la obedecen con devoción y algo de miedo
Una vez cada ciclo de lunas viejas, cuando los relojes enloquecen, y el mundo parece olvidarse de sí mismo por un parpadeo, la torre se ilumina con un fulgor invertido, una luz que devora, y Finireth abre el grimorio de los hilos sueltos.
Allí, cada nombre que alguna vez fue borrado, cada destino deshecho, late esperando una segunda invocación.
En uno de esos ciclos, un nombre brilló más que los otros. No por su poder, no por su sangre: un mortal había intentado jugar con el tiempo. Había abierto un reloj que no debía tocar, había pronunciado palabras sin comprenderlas: Elías Thorne. Y ahora, el tejido del mundo tenía un desgarro.
El mortal estaba condenado, claro. Pero para Finireth Noctis había belleza en ciertas condenas
-"Un relojero ha aparecido en mis visiones con un sonido de engranajes. No es un alma cualquiera, viene de un constructo narrativo, escrito por un tal Tarkion, con demasiada precisión, con mucha sed de misterio...y cuando uno escribe así, abre puertas. Pero contiene ecos de portales inconclusos. Ha escrito algo que no sabía que podía volverse real...o que ya lo era."
-"Este relojero ha aprendido sin querer a manipular el tiempo del plano. no lo controla, lo descose. El eco de sus actos ha llegado hasta la torre"
Descendió los noventa y nueve escalones en espiral invertida, cruzó el umbral del "ya no es" y apareció ante el insensato: un hombre atrapado en un bucle de cinco segundos, en un plano que ya no existe repitiendo una frase sin fin.
-"Fuí. Encontré su taller atrapado en un segundo eterno: una especie de burbuja donde los relojes vibraban como insectos agonizantes. Cada uno contenía un instante robado de otro ser"
Finireth observó. Esperó. Y luego, como quién resuelve un nudo en el cabello, hizo un gesto que borró el instante, y con él, al hombre. No murió. Simplemente, nunca había sido
- Otra alma menos- susurró, y alzó la vista al cielo sin constelaciones
La torre volvió a ocultarse. El tiempo, como un perro regañado, regresó a su rincón. Las sombras, rieron bajito.
Estado actual del relojero:
Nombre verdadero: Desconocido
Ubicación: Torre de Endram, tercer nivel, Sala de Reescritura
Función: Archivero de errores temporales. Sirve bajo la vigilancia de las sombras de Finireth. Sabe que si alguna vez intenta corregir lo que no le corresponde, la Sombra del Segundo Nunca Nacido vendrá por él, y no vendrá sola
Anotación final de Finireth: "Tarkion no sabe que su historia aún sangra. pero pronto escribirá un final que no recordará haber escrito. Y ahí, justo ahí, sabremos si el relojero vuelve a fallar...".
Sigue escribiendo Tarkion. Pero recuerda: No eres el único que narra. Al final hay historias que escriben al autor...y lectores que jamás cierran el libro. Aquel personaje que diseñaste para una historia, ahora registra realidades alternativas en una torre más allá del plano...y en los juegos de poder entre planos, todo lo que se escribe, puede ser invocado
Y ahora...quieres jugar con el tiempo, hablar con las sombras o negociar con el eco de tus decisiones... no tomadas?
Bienvenido al umbral...