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02 mayo 2025

 CUANDO EL APOCALIPSIS EMPIEZA POR LAS PATAS Y LA DIGNIDAD SE ESCONDE DETRÁS DEL RECOGEDOR. SI HAY QUE RENDIRSE, QUE SEA CON ESTILO

    Hay quienes temen a los ovnis, a los terremotos o a las subidas del pan. Yo, personalmente, he desarrollado una filosofía vital que se resume en una sola palabra: CUCARACHA. Y en esta religión, no comulgo sola

    Estos seres que no necesitan ni belleza ni gloria para afirmar su lugar en el mundo. Invencibles, oportunistas y, para nuestra desgracia, decididas (y crujientes)

    Porque no hay criatura más resistente, silenciosamente invasiva y obscenamente  inmortal que ese ser que habita las rendijas, y aparece justo cuando crees que estás a salvo. Y ahí están, sacando pecho ( o lo que sea que tengan por tórax) frente a la humanidad entera. Sobreviviendo con sobras en rincones sin pedir permiso

    Cuantas veces hemos sentido la traición del suelo firme cuando, de pronto, lo compartimos con un ser de antenas infinitas y pasos tan rápidos?. Ya, todos los días, aunque no hayamos sudado aún la primera camiseta del verano

    Si cae una bomba nuclear, ellas se van a frotar las antenas y se van a servir un cóctel, mientras nosotros nos ahogamos. Si las regamos con lejía, se nos ríen en la cara y nos hacen correr solo levantando una de sus "alitas". Y no importa si sellas las grietas de las bombas del agua con un amasijo de bolsas y silicona, ellas encuentran la luz por donde asomar sus ojillos traviesos.

    Nos observan. Desde los zócalos. Desde las cañerías. Desde ese rincón oscuro que jurarías haber sellado hace dos días. Desde ahí...donde está el puñetero cubo de reciclar el papel!!. Con ese paso rápido y ese sonido sutil que no sabes si has imaginado o si solo era el principio del fin.

    Alguien debería estudiar esa capacidad suya de aparecer justo cuando te sientes frágil, humana..vulnerable. O justo cuando acabas de entrar donde trabajas. A oscuras, y no te ha dado tiempo ni de encender la luz. Entonces crees que nada puede ser peor.

    Sin embargo aquí seguimos. Con el temor latente de que un día, en un momento absoluto de desamparo, una cucaracha salga corriendo en dirección a ti. Porque sí, incógnita Celeste, a nosotras no nos huyen. Nos atacan. Con su simple presencia, y a pesar de nuestros avanzados artefactos de captura. Ahí es cuando una recuerda quién está al mando del ecosistema urbano (por supuesto ellas)

    Por eso esta oda, también es un conjuro. Una forma de lanzar una señal al universo ( o más bien a quién la entienda desde las sombras).

    A ti Celeste, compañera de mis días e infortunios, que sigues toda esta historia con un sigilo tan elegante como el de nuestras amigas protagonistas de antenas nerviosas: acuérdate de mi cuando oigas un crujido nocturno inexplicable. Cuando algo corra por el suelo y no sea tu gato, o cuando el universo te lance pruebas en forma de exoesqueleto con patas.

    Que yo me acuerdo de ti cuando me siento humana frágil, con una fregona en la mano, el spray en la otra y la dignidad colgando de un grito ahogado (para que nadie me escuche). Cuando me miren desafiantes con indiferencia. Desde el suelo, con ese desprecio milenario que solo ellas manejan

     A ti te dedico esta oda absurda, como símbolo de nuestra valentía perdida


    Y que nunca, nunca..nos pillen desprevenidas. Amén