Amigo de Quevedo y Lope?..Bueno..depende del día
El siglo de oro español, no solo fue una época dorada para la literatura, sino también para las puñaladas traperas de los escritores.
Cervantes, Góngora, Quevedo y Lope de Vega compartieron escenario, pero lo de la palabra "amistad"...ya era otro cantar
Lope de Vega, prolífico y exitoso con fama de arrogante, no tragaba a Cervantes. Le llamaba "viejo, manco y envidioso", y aseguraba en sus cartas que su Quijote era una novela vulgar. Claro, Lope era el rey del teatro y Cervantes no tenía ni para pipas, así es que sus burlas tampoco es que fueran muy elegantes. Esta relación era tensa
Cervantes, en el viaje de Parnaso.le dedicó unas líneas en las que con fina ironía, lo describe como un poeta que no deja a nadie indiferente: o lo amas o lo odias
Quevedo por su parte, era más complicado. Tenía una relación ambigua con Cervantes. Lo respetaba pero sentía celos de el, porque este, aunque no nadaba en la abundancia, al menos poseía una casa propia, mientras Quevedo tenía que conformarse con alquilar. Lo mencionaba de forma mordaz en algunos de sus escritos. Esta era, una relación tóxica.
Con Luis de Góngora, la relación era más distante
Las uvas robadas y otros deslices
De joven, Cervantes no era precisamente empollón. Se dice que le robaba las uvas a su maestro Juan López de Hoyos, con quién estudió en Madrid. Este, ya era escritor y poeta y lo llamaba "nuestro caro y amado discípulo", lo admiraba tanto que lo incluyó en una de sus publicaciones cuando apenas era un muchacho.
Años después, Cervantes tendría problemas mucho más graves que unas uvas robadas: batallas, prisión en Argel, deudas...un currículum más aventurero que el propio Don Quijote
Madrid en la época de estos escritores, era un hervidero de intrigas, apuestas, duelos y genialidades literarias. En las tabernas de la calle del Prado, en la plaza mayor, en los mentideros, estos grandes del siglo de oro, se cruzaban, se admiraban, o se despreciaban mutuamente, dejando una huella imborrable en la historia.
Una de las más famosas era la Taberna del Toro, donde Cervantes, Lope de Vega y Quevedo solían reunirse para hablar de literatura. Allí, entre vaso y vaso de vino, Lope escribió algunas de sus mejores comedias
- La calle de los duelistas, (hoy Calle Clavel) en el S.XVII era conocida como un lugar de desafíos de duelo. Se cuenta que Quevedo y Lope de Vega, ambos con fama de pendencieros, resolvían sus diferencias aquí con la espada. Quevedo además, tenía fama de ir armado con una daga oculta en su bastón por si las palabras no eran suficientes
- La calle del codo, era un estrecho pasaje en el corazón de Madrid, dónde la irreverencia de Quevedo dejo su huella para la posteridad: se dedicaba al desahogo de sus necesidades fisiológicas mientras lanzaba comentarios despectivos a sus vecinos y dardos envenenados a sus enemigos literarios. También la utilizaba como punto de encuentro con damas de la alta sociedad, convirtiéndose en testigo mudo de las infamias y escarceos amorosos del escritor
- En la Calle de las Huertas, epicentro de la bohemia literaria, donde el vino corría como el agua, las borracheras eran comunes, y las peleas entre escritores también... Se cuenta que cervantes, tras una acalorada discursión terminó en la calle borracho y lanzando improperios mientras los transeúntes se carcajeaban de el
- En la calle del Prado, cerca del mentidero de los comerciantes, los escritores se reunían para debatir y lanzar sus mejores pullas. Quevedo dejó mudo una vez a Góngora cuando le soltó: "Tú, poeta sin gracia, escribes más con tinta que con talento". Góngora que tenía su genio, respondió con un soneto insultante, pero la frase de Quevedo se hizo legendaria
El Mentidero de los Comerciantes: el Twitter del Siglo de Oro
En la plaza del ángel, cerca del corral de comedias, estaba el famoso Mentidero de los Comediantes, un lugar donde se difundían cotilleos sobre escritores y actores. Allí se rumoreaba quién estaba arruinado, quién tenía un amorío, o quién había escrito la obra del mes. Era el Twitter de la época, con intrigas en cada esquina.
Cualquiera podía ser objeto de burlas, y las habladurías podían arruinar la reputación de un hombre en cuestión de horas. Un simple comentario, les conducía a una pelea a muerte o peor aún...a un mordaz soneto
- En la Calle de la Cruz, se podía escuchar cualquier tipo de rumor. Allí solían sentarse a beber y las habladurías volaban, envenenando las relaciones entre los literatos
- La Calle de la Almudena albergaba varias prostitutas que atraían a los hombres de letras. Los encuentros clandestinos eran comunes y las historias de amores furtivos, se convertían en leyendas urbanas
Quevedo y su mítica patada en el culo
Quevedo, además de poeta, era un espadachín con fama de pendenciero. Se cuenta que una vez, al entrar en una iglesia, vió a un hombre rezando con pistolas bajo un manto. Sin pensárselo, le dió una patada en el trasero y lo redujo. Resultó ser un peligroso criminal al que nadie se atrevía a capturar. Gracias a esto, Quevedo ganó aún más fama de valiente y provocador
Quevedo versus Góngora
Ambos poetas, protagonizaron una de las enemistades más feroces de la literatura española. Quevedo con su estilo satírico e incisivo, odiaba la poesía de Góngora y lo llamaba "majadero" y "poeta de los necios", la rivalidad llegó a tal punto, que llegó a comprar la casa de Góngora, solo para echarlo de allí y dejarlo en la calle
Cervantes espía
Dicen las malas lenguas que su vida estuvo llena de viajes sospechosos, largos periodos de ausencia y conexiones con círculos de poder, asegurando que trabajo de espía, recopilando información para la corona española. Tanto la batalla de Lepanto como su cautiverio en Argel, han sido mencionados por ellos, como parte de este entramado de espionaje
Los escándalos amorosos de Lope de Vega
Sus relaciones extramaritales eran su pan de cada día. Tenía una vida amorosa tan agitada con la que el mismo podría haber escrito un culebrón. Se decía que tenía mas amantes que versos, y su habilidad para seducir era tan famosa, que incluso la inquisición tuvo que mirar para otro lado
"La Movida Madrileña" en el Siglo de Oro era un hervidero de trapos sucios, y rivalidades. Un caldo de cultivo para el escándalo y la intriga.. Estos estaban tan entrelazados con la creación artística, que a veces era difícil saber que estaba más envenenado: la pluma o la lengua
Cada rincón madrileño guardaba secretos y anécdotas, que a lo largo de los años, han alimentado la leyenda de una época dorada en la literatura española. Entre provocaciones, romances y chismes, los escritores dejaron una huella imborrable en la historia de España
Una época digna de novela.
Conoces alguna anécdota curiosa de estas épocas? Has curioseado por la historia de las calles en estas épocas?
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