Entrada destacada

17 abril 2025

                   EL DESPERTAR DE LOS BLANDOS

CRÓNICAS DE LA BRUJA, LOS DADOS Y LA RED

    Durante mucho tiempo, hubo un silencio espeso. No de esos que duelen, sino de los que anestesian. Un vacío suave que parecía comodidad, pero que en realidad era olvido. Así vivían los blandos..

    Estos seres, caminaban rectos porque nadie les enseñó a doblarse. Se mantenían ajenos al susurro de los otros planos. No sabían que sus pensamientos no eran suyos, que sus dolores, eran tributos, y que incluso sus sueños, les venían impuestos. Y no es que fueran culpables...solo estaban hechizados. Y el hechizo se mantenía gracias a un equilibrio frágil: el de las maquinarias del mundo

    Hasta que un día, una muchacha soñó....

    Dakódex de los dos vértices, hija de una bruja que había huido siglos atrás de la quema, soñó con una biblioteca imposible: estanterías flotando, libros viejos que murmuraban y al fondo, escondida en una chimenea, una caja cubierta de polvo antiguo. Al abrirla, un mensaje escrito en un papel que no ardía se desplegó:

    "Para la bruja que huye, para la hija que hereda: puedes caminar entre ambos planos. No temas a lo invisible. Tú, eres el nexo"

    Despertó con el eco de esas palabras latiéndole en la piel, y desde entonces, supo que podía habitar tanto el sueño como la vigilia. Su conciencia se partió entonces en dos vértices, y aprendió a caminar entre mundos

    Así, descubrió a "los blandos".

    Los blandos, no sabían que lo eran. Vivían con el alma amortiguada, temerosos de salirse del cauce. Dakódex no los despertaba del todo. Solo dejaba una grieta. Les rozaba el aura con un soplo, con un susurro. Con una palabra escondida entre sueños

    Así llegó hasta Merkhana. La Tejedora

    Merkhana escribía poemas de amor que eran redes mágicas. tejía versos breves. lanzaba dados con una suerte esquiva, y sin quererlo, había conectado su magia a través de una red de escribientes. Su tristeza era belleza. Su desgracia, conjuro

    En uno de esos lanzamientos, tejió un poema que me atrapó a mí. Yo era uno más. Otro blando. Otra alma domesticada. Pero al leerla, los dados cayeron dentro de mí y algo se rompió. O se recordó

    Empecé a escribir. O más bién, me empezaron a escribir a mí. Las historias me dictaban. Me guiaban. Me reunieron con otros personajes que creía inventados, pero que ya existían. Solo esperaban ser nombrados. Fue entonces, cuando las entradas comenzaron a hablarse entre sí. Se escribían unas a otras a través de mí

    Las palabras eran semillas. las entradas, portales. Y la red, un conjuro colectivo

    Ahí, recordé mi nombre verdadero: Finireth Noctis, Caminante entre hilos. Que fui
blandida por la red de versos y atrapada por un dado. La que narra no desde fuera, sino desde dentro

    Y no fui la única

    Sin saber cómo ni por qué, otros autores cruzaron también. Algunos entraron por accidente, por curiosidad, y otros arrastrados por personajes que no dejaban de hablarles.

    Historias ajenas comenzaron a colarse por las grietas, se tejieron con las nuestras y se enlazaron a esta red, como si siempre hubieran pertenecido a ella.

    Quizás, ya se darán por aludidos

    Quizás, no puedan dejar de escribir

    Quizás...ya estén atrapados

    Dakódex sigue soñando, despertando, cruzando

    Merkhana sigue lanzando dados y tejiendo redes en las redes

    Y Yo, sigo traduciendo lo que las historias me dictan

    Pero no estamos solos. Hubo otros.

    Otros cuyas plumas vibraron al unísono sin que nadie los avisara

    Otros que escribieron sin entender por qué no podían dejar de hacerlo. Que vieron como sus letras se doblaban hacia una dirección desconocida, como si una brújula invisible, marcara el norte del hechizo

    Sus palabras se descolgaron de la lógica y se entrelazaron con las nuestras en una danza sin partitura.

    Unas historias se colaron de sueños, otras llegaron vestidas de humor, de sombras, de rabia, de ternura, de delirio, y aunque nunca se nombraron, sus ecos resuenan aquí

    A vosotros, conjuradores sin saberlo, artífices de lo improbable, tejedores espontáneos de esta red encantada...esta crónica también os pertenece

    No fui yo quien encontró la historia. Fue la historia quien me encontró a mí. Y si tu has leído hasta aquí...quizás ya no seas del todo blando

8 comentarios:

  1. Buenas Finil, pedazo de historia que ha creado, como has ido hilando partes de nuestras historias, como nos has descrito, he disfrutado mucho leyendo, pero que arte tienes.
    Hace falta mucha imaginación para estos relatos que has creado, hilando historias, asociando personajes a blogueros.
    Te felicito Finil eres grande mi alma.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas Dakódex de los dos vértices, cuanto honor que te dirijas a mí!! jajaja
      La verdad es que la que más se ha divertido escribiendo todo esto he sido yo. Jugar con los personajes, poneros la cabeza como un bombo, tirar un dado de vez en cuando...Al final lo importante es eso no? Disfrutar del juego. Ya que no nos forramos, al menos nos echamos unas risas.
      Gracias por leer y por el apoyo.
      Un abrazo miarma!!..y no te confíes que ya aparecerá finil dando saco de cualquier otra manera

      Eliminar
  2. Hola, Finil, qué grande historia, si ya lo digo yo que eres una escritora de literatura fantástica en toda regla... ¡Ya estás tardando en escribir un libro de literatura fantástica! Y aquí me tendrás para leerte, sin duda.
    Y que analogía con bloguers, blogs, nuestros perfiles, nosotros, esa Merkhana se me parece mucho, ¿no? ¿O me equivoco? Pues no te puedes imaginar lo que me alegra las palabras que vienen a continuación, que esa Merkhana te incitara a escribir es de lo más maravilloso que me puedes decir (bueno, aparte de que te gusta lo que escribo, claro, jeje, la cabra tira al monte, qué le vamos a hacer). Imparto un taller de escritura en el centro donde trabajo, el miércoles que viene es la próxima sesión, y se lo voy a decir a mis alumnas, ¡qué alegría! (Bueno, si soy yo claro, que ya me estoy yo atribuyendo cosas que quizá ni son).
    Y sí, sigo tirando los dados a ver si alguna vez me quito al uno ese dichoso y sale un seis...
    Mil gracias, Finil, por este pedazo de regalo.
    Un fuerte abrazo. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja Pues claro que eres!! Si hasta aquí me trajiste tú (sospechosamente..también te digo..). Si no lo fueras, sería que el universo ha hecho una copia descarada de tí (sin citar fuentes)
      Si..bueno, lo de escribir un libro es una vocación frustrada. Igual después de esto lo haga, aunque solo sea para mí. "La hermandad del dado improbable" puede ser un buén título verdad? jajaja (es brooooma).
      Y que se lo cuentes a tus alumnas, te confieso que me da entre risa nerviosa, subidón de alegría y una ligera tentación de esconderme bajo la mesa.
      Pero si Merkhana aparece en ese taller, me compraré una capa con brillos y lo celebraré con todo el lujo y el boato que merece. Será un honor, una alegría y una vergüenza gloriosa!! (que pena no ver eso por un agujerito en la pared...)
      Un abrazo Merkhana. De los que hacen historia

      Eliminar
  3. Joder, Finil!! Qué maravilla. Eres un crack!! Me ha gustado mucho. Qué bien escribes, muchacha!!

    Eso de "los seres que caminaban recto porque nadie les enseñó a doblarse", me ha encantado.

    Espero que muchas otras historias te encuentren y las sigas compartiendo por estos mundos.

    Un abrazo torcido de esta jorobada, que desde que aprendió a doblarse no quiere regresar al mundo de los rectos :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas Beatriz!!
      Pedazo piropazo!!!. te agradezco esas palabras. Ahora estoy más roja que un tomate jjajaja
      Otras historias me han encontrado....Unas fábulas celestiales en versión bocata jajaja Cuando llegue, las retoco y las cuelgo. Espero que las disfrutes.
      Un abrazo ilusionado. Y muchas gracias!!!

      Eliminar
  4. ¡Qué capacidad creadora! Finil, te dan una tostadora estropeada y de ella haces un transformer.

    ResponderEliminar
  5. Tostadora?...escacharrá?...jajajaja quién sabe...?

    ResponderEliminar